Tel : + 34 986 18 68 63

Resonancias Magnéticas de alto campo con resultados en 24 horas.

Tel : + 34 986 18 68 63

La resonancia magnética o la revolución de los diagnósticos

Entérate de toda la evolución y los avances en la medicina y las resonancias magnéticas desde hace mas de 50 años.

No se puede entender el avance que ha sufrido el sector de la medicina a la hora de diagnosticar a los pacientes sin tener en cuenta la resonancia magnética. Esta técnica, que surgió de Paul Lauterbur hace cerca de cincuenta años (aunque tuvo que pasar por muchas perfecciones posteriores para llegar a tal como la conocemos hoy en día, cuyo mérito principal recae en Peter Mansfield), se puede resumir con muy pocas palabras: se trata de la obtención de imágenes del interior del cuerpo, de una manera que evita tener que recurrir a otro tipo de procedimientos, de un carácter mucho más invasivo y que incluso puede provocar en los pacientes molestias importantes, como es el caso de los rayos X.

Hoy en día es, sin lugar a duda, la prueba más utilizada en el campo de la neurociencia. Tiene, además, una gran ventaja para los investigadores, y es que es un procedimiento que aporta un gran volumen de información debido a que las imágenes que se obtienen con él permiten ilustrar todas las zonas cerebrales que se encuentran en funcionamiento. En términos generales, la resonancia magnética está indicada especialmente para hacer diagnósticos relacionados con lesiones en los músculos y también en los huesos, en el sistema nervioso central, en la mama, el cerebro y también el abdomen, sin incluir prácticamente cualquier patología cardiovascular u oncológica. Y es que se trata de una técnica muy avanzada a la que no se escapa prácticamente ninguna enfermedad. Y todo ello en cuestión de segundos (la resonancia magnética primitiva precisaba de horas para poder elaborar un diagnóstico).

Para obtener una resonancia magnética, el equipo emite unas señales de radiofrecuencia, dentro de un campo magnético intenso, que excita a los átomos haciendo que absorban o emitan energía que hace que se creen esas imágenes, también llamadas “cortes”, de nuestro interior. Como los tejidos responden a esta excitación de una manera diferente, haciendo que el campo magnético varíe se puede incluso diferenciar las zonas del cuerpo de las que queremos obtener imágenes. El equipo necesario lo componen un imán, una camilla (donde se introduce a la persona), bobinas de gradiente (cuya función es regular el campo magnético), un emisor de radiofrecuencia, una antena (que recoge la señal emitida por los átomos) y un ordenador para recoger esas señales y transformarlas en imágenes. Su importancia para la historia de la medicina es tal, que en 2003 el químico Paul Lauterbur y el físico Peter Mansfield fueron condecorados con el Premio Nobel de Fisiología o Medicina.

Scroll to Top